19 de septiembre de 2009
Al rico polo de piña para el niño y la niña...
Bueno, piña piña, lo que se dice piña, no lleva. Más bien es un corazón de franckfurt rodeado de patatas fritas apiñadas. Con la foto no os podeis hacer una idea de lo grande que era. De normal no me dicen estas cosas, pero no me pude estar de comprarlo para poderle hacer una foto. No se puede decir que los koreanos no se adapten sin problemas a los tiempos modernos. Esta y otras muchas delicias similarmente colesterolíticas se pueden encontrar con facilidad por la calle por todo Seul. Es quizás una de las cosas que más me gusta de las ciudades orientales: la comida está por todas partes. Te inunda todos los sentidos, la vista, el olfato (¡Ah! el olfato!) y hasta el oido. Te hace sentir que la ciudad está viva, y eso me gusta. Una ciudad que no huele a comida no es una ciudad. No se lo que es, pero ciertamente no es una ciudad...
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Menuda frikada de comida...como se supone que se come, primero las patatas de fuera y luego el frankfurt, o todo a la vez por la punta rollo caiman? juas
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